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viernes, 24 de septiembre de 2010

Pedro Infante y la justicia




A más de 50 años del aniversario luctuoso del grande ídolo de México, recordamos algunos hechos anecdóticos que tienen que ver con el Máximo Tribunal.

Los problemas legales que vincularon a Pedro Infante Cruz con la justicia federal, iniciaron en julio de 1953, a partir de una demanda interpuesta por María Luisa León, relacionada con el divorcio promovido por el cantante en Tetecala, Morelos en 1952, asunto que fue resuelto de manera favorable el 22 de marzo de 1955 por el Tribunal Colegiado del Primer Circuito, confirmando en todo la sentencia del Juez Segundo de Distrito en materia civil, por lo que el matrimonio entre Pedro y María Luisa celebrado el 19 de junio de 1939 fue declarado legítimo y se ordenó al Oficial del Registro Civil a dejar sin efecto la inscripción del divorcio. Con este fallo, la señora León de Infante impugna el matrimonio de Pedro Infante con Irma Aguirre (conocida artísticamente como Irma Dorantes) celebrado en Mérida, Yucatán el 10 de marzo de 1953. Fue por esta razón que la actriz acudió en amparo directo contra actos de la Tercera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito y Territorios Federales y del Juez Misto de Primera Instancia en Villa Obregón (Distrito Federal) ante la Suprema Corte de Justicia, asignándosele el número de expediente 6927/55.

En el mismo año de 1953 en que la Corte está revisando el asunto, Pedro de 36 años, que se encontraba en la cima de su carrera, comienza un periodo de fuerte depresión por el fallecimiento de su amigo y compañero de trabajo Jorge Negrete, esto se aunaba a la tristeza que en varias ocasiones le confesó a Irma Dorantes, por todos los vericuetos procesales que la estaba haciendo padecer. Se dice que Pedro Infante era un hombre afable y bonachón que no le gustaba hacer sufrir a nadie, claro, su personalidad enamoradiza lo llevó a tener que lidiar con dos supuestas esposas. Y es esta personalidad la que el cine aprovechó para hacer un estereotipo del macho mexicano. Pedro el romántico, el querendón, el donjuán, tuvo otros amores como León Michel.

Por eso las dos mujeres, Irma Dorantes y María Luisa León seguían peleándoselo, y según sus biógrafos, con las dos llevaba buena relación aunque vivía con la primera; a tal grado le originó un conflicto a Pedro este asunto que se cuenta que él financiaba a los abogados de ambas partes, cuestión que se supo sólo muchos años después.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación entró al análisis, el Ministro entonces denominado relator fue don Mariano Azuela, algunas de las cuestiones que se estudiaron fueron el argumento de Irma Dorantes sobre su situación de buena fe, pues al contraer matrimonio con Pedro Infante ella “había creído que tenía derecho para hacerlo”; la supuesta minoría de edad de María Luisa León al contraer matrimonio, por lo que sería nulo, aunque la Corte determinó que no había pruebas sobre ello; la omisión en el estudio de todos los posibles agravios, cuestión que el Alto Tribunal verificó que se realizó independientemente de que la quejosa no los señaló. Resolvieron por unanimidad los ministros: el Presidente Vicente Santos Guajardo, José Castro Estrada, Mariano Ramírez Vázquez, Mariano Azuela, Gabriel García Rojas y Abelardo Cárdenas Mac-Gregor.

Destaca en el expediente que Pedro Infante Cruz no contestó la demanda que en su momento le hiciera María Luisa de León, pareciera que no quería contrariarla.
El fallo de la Suprema Corte de Justicia, de 5 de abril de 1957, en favor de María Luisa León, la declaraba como la única y legítima esposa de Pedro, des este modo invalidaba el matrimonio con Irma Dorantes. Según algunas biografías del ídolo mexicano, Dorantes lo llamó para comentarle la resolución y le pidió que en cuanto pudiera regresara a la Ciudad de México para tratar el asunto, una hipótesis que podría plantearse es que al declararse nulo el matrimonio el hecho de seguir cohabitando posibilitaba a una denuncia penal por bigamia, Ahora entendemos la urgencia de Pedro Infante para tomar un vuelo al Distrito Federal, el cual estaba lleno, por lo que el 14 de abril contrató para el lunes 15 una aeronave de carga de Transportes Aéreos Mexicanos (Tamsa). La noche del domingo la pasó con amigos y se cuenta que cantó, entre otras, Camino de Guanajuato, repitiendo el estribillo "la vida no vale nada".

El Excélsior en esa época dio especial seguimiento a la cuestión hasta el final, en un titular aparecía el siguiente encabezado "Las dos esposas de Pedro Infante se disputan el derecho de sus restos", el mismo periódico plasmó las declaraciones de la actriz que en llanto dijo entre otras cosas: "Yo soy la culpable", el diario también recogió encabezados de esta índole: "La anulada esposa de Pedro voló angustiada a Yucatán". Finalmente una frase de Irma Dorantes que pasó a la historia: "Vivo me lo querían quitar, pero muerto ya nadie se atreverá".



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