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miércoles, 8 de marzo de 2017

Cine Debate "El Corazón del Tiempo" (Alberto Cortés, 2008)

jueves, 11 de agosto de 2016

Los jueces en el cine


Ojalá pudiéramos motivar un happening en este preciso momento, es decir, una experiencia multisensorial, de hecho, el tener estas líneas en las manos, ya implica una relación multihermenéutica compleja, se habla de imágenes lejanas, tal vez algunas posiblemente alojadas en la memoria del lector, otras más cercanas a la imaginación y fomentando cierta curiosidad, por ejemplo, si ahora dijéramos: el cine judicial se resume a ese momento en el que Stallone en el papel del Juez Dredd escucha del viejo Juez (Max von Sydow) la verdad, se revela su vocación como protector de la ciudad que lo ha desterrado, el viejo yace moribundo a los pies de una enorme estatua de la justicia, que si bien no tiene venda, está cegada, como si le hubiesen quemado los ojos, sostiene la balanza en su mano izquierda, se ilumina intermitentemente por algo que asimila relámpagos pero podría ser una luz que tiene un falso, en aquél lugar en el confín de la ciudad donde comienza el exilio, la estatua delimita el mundo seguro del desconocido y destruido de aquella sociedad posapocalíptica. El juez Fargo muere, Dredd toma su metralleta imponente se pone al pie de la estatua de la justicia como para hacer un juramento, es apurado por Rob Schneider que hace el papel de un prófugo y acompaña a Stallone en su periplo, entonces Dredd, con sangre en la cara, fruto de la resistencia que le ha llevado a ese momento aciago, corta cartucho, hay una elipsis y lo vemos entrando a la ciudad nuevamente, ha dejado de ser un juez tradicional para convertirse en un justiciero.

Si usted ya vio la película quizá recuerde algo, pero seguramente los detalles los habrá olvidado, o tal vez este es el caso en el que nuestra imaginación los está magnificando. Pero la semiótica es muy simple, en un clásico de ciencia ficción basado en un gran comic: una sociedad violenta, en esta película convulsionada además por el advenimiento de un dictador que trata de reducir a cenizas el sistema de justicia, surge un héroe, el Juez Dredd, que se encargará de volver todo al orden. La vocación del poder judicial en unas cuantas imágenes, que sufre las vejaciones del poder político, que sucumbe en algunos casos, pero que al final se recompone para ayudar a la sociedad, de la que se hace ayudar, pero ha tenido que correr sangre, y en eso van incluidos algunos jueces, aunque la esperanza se basa en los nuevos como la Juez Hershey (Diane Lane), que hay que decirlo es mujer. El cine nos dice mucho, en este caso el drama judicial, que para algunos puede ser tan kitsch que o bien raya en el cine de culto o hace reír, entonces tragicomedia porque lo uno nos lleva a lo otro.

jueves, 5 de mayo de 2016