Diversos
filósofos han asegurado que en todo el cine encontraremos cuestiones éticas subyacentes
y no parece exagerado si pensamos que en el cine la cuestión humana es siempre
un recurrente, tal vez porque es hecho por seres humanos, y aun si se dejara
tal tarea a una computadora el resultado sería el mismo porque dicha
computadora estaría programada a partir de las expectativas de un programador
humano, así, el cine incluso el que destierra lo humano a propósito, es visto
por humanos quienes sacamos conclusiones de lo que observamos. El cine de
ciencia ficción y el cine de horror juegan muy bien con la dialéctica humano-no
humano, es la ruptura de las leyes de la física, pero también de las reglas
sociales, las que nos permiten hacer hipótesis acerca de fenómenos límite. El
cine de zombies es un ejemplo interesante porque habla de una situación en la
que humanos-no humanos atacan a humanos para deshumanizarlos, los humanos deben
hacer frente a situaciones de inminente depredación acabando con la plaga, es
decir, aniquilando a estos seres, esto supone por un lado organizaciones dentro
de Estados de sitio y tomas de decisiones inmediatas como por ejemplo matar a
un ser querido o cercano, aunque en la hipótesis zombie, no sería propiamente
la persona en cuestión y así ha sido desde White Zombie (La legión de los hombres sin alma, 1932)
hasta Guerra Mundial Z (Marc Foster,
2013), sin embargo, el último cine de zombies ha manifestado que tal vez esas
acciones tan inmediatas no sean tan correctas, por ejemplo en La huésped (Stepheni Meyer, 2013), Mi novio es un zombie (Jonathan
Levine, 2013) y en la película
mexicana Halley (Sebastian Hofmann,
2013), los zombies siguen siendo humanos y el planteamiento es lograr la
empatía del espectador con estos personajes. La vehemencia por aniquilar lo
extraño nos ha llevado a replantear tópicos cinematográficos tan estereotipados
como los zombies, ¿no podría ser que hagamos lo mismo con sujetos empíricos de
carne y hueso en nuestras sociedades a los cuales hemos invisibilizado como los
indígenas, lo migrantes o las propias mujeres?
PS Por cierto en la película Soy leyenda (Francis Lawrence, 2007) el zombie que hace frente al protagonista muestra una serie de sentimientos todavía humanos aunque alterados pero al menos es capaz de razonar e incluso de enamorarse, pues su odio se debe a que le han matada a su pareja sentimental.
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