Una comedia distinta de Sacha Baron Cohen, quien se ha distinguido por su humor negro, un tipo de ironía que es políticamente incorrecta pero que en una contralectura nos ofrece toda clase de críticas al sistema democrático.
Además de diversas escenas en las que el dictador se mofa de los derechos civiles y de las supuestas buenas intenciones de los gobiernos democráticos, hay una en particular donde en un discurso comienza a hablar supuestamente en favor de una dictadura, terminaremos convencidos (irónicamente) que está describiendo la primera democracia del mundo contemporáneo, la norteamericana, se nota a Baron Cohen conmovido y hasta nervioso en la escena, pareciera que hizo toda una superproducción sólo para llegar a eso, para poder regañar a la super potencia sin referirse directamente al tema, es un acto de resistencia cívica a través del cine cómico. Nuevamente la comedia sirve como catalizador pero también como una forma de hablar de lo indecible.
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